martes, 23 de junio de 2020

TAREA MÓDULO 4


"Esta semana vamos a adentrarnos en las Administraciones Públicas, el lugar donde desarrollamos nuestro trabajo. El Reto Semanal de este Módulo consiste precisamente en eso, en hacer un ejercicio de "introspección" una vez leídas las ideas clave y preguntarnos ¿qué podemos hacer cada una de las personas, desde nuestra posición como empleadas o empleados públicos, para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres? Os pedimos que redactéis una reflexión libre (tanto en extensión como en formato) en vuestros Diarios de Aprendizaje, y la entreguéis como tarea."


                                REFLEXIÓN O INTROSPECCIÓN.



MAPA CONCEPTUAL (Una vez dentro dar a play, y picar en las carpetitas que aparecen en algunos bocadillos que contienen definiciones).


Como ya he comentado en otras tareas trabajo en un Centro de Protección de Acogida Inmediata de Menores tutelados por la Junta de Andalucía. Por consiguiente, mi Consejería es la de Igualdad, PP.SS . y Conciliación. Esta Consejería tiene planes de transversalidad de todo tipo: integración de las mujeres gitanas, programas para mujeres y menores que han sufrido abuso sexual, violencia de género...
En mi Centro somos 45 mujeres trabajadoras y 12 hombres trabajadores. Podéis apreciar que el porcentaje femenino es abrumador.
Mi reflexión sobre todo esto es algo ambiguo. Existe machismo, no solo por parte de los escasos hombres sino que incluso algunas mujeres se restan autoridad solicitando el apoyo de los hombres cuando tienen un conflicto con un menor. El menor se valentona y la persona del equipo educativo pierde autoridad y legitimidad frente al menor o la menor que ha conseguido su objetivo de acobardar a la educadora o monitoria.. Incluso ellas mismas muchas veces dicen que deberíaN haber más hombres trabajando porque imponen más respeto. Es decir, el machismo no es solo cosa de hombres, algunas mujeres, no todas, también lo fomentan inconscientemente.
A parte de los micromachismos (como un piropo), el lenguaje inclusivo y no sexista apenas se aplica. Hablamos entre nosotros de los vigilantes, los cocineros, los educadores, los..., los..., siempre utilizando el masculino, cuando por ejemplo en cocina sólo hay un cocinero y las otras cinco son mujeres. En el equipo educativo igual de lo mismo, tres hombres y veintitrés mujeres. Sin embargo, siempre el subconsciente nos traiciona y hablamos en términos masculinos.
Otra cosa es la Ley y otra la realidad. "Entre el dicho y el hecho, hay un gran trecho". La Ley o Leyes son muy igualitarias y transversales y todo lo que queráis, pero la realidad no lo refleja. Sigue habiendo un gran abismo entre lo que regula la Ley y la cotidianidad diaria. Y aunque el movimiento feminista cada vez tiene más fuerza y se va asentando lentamente, todavía hay un gran camino que recorrer.
Uno de los grandes logros conseguidos, por lo menos en mi ámbito laboral ha sido la Conciliación de la vida familiar y laboral, sobre todo con el tema del Covid-19 y el teletrabajo se ha conseguido que muchas personas hayan visto factible y efectivo dicha forma de trabajar. Aunque en nuestro caso, pocos se han podido acoger al teletrabajo: no se puede cocinar, vigilar o educar desde casa cuando teníamos a 26 menores confinados durante casi tres meses y nosotros/as fuimos catalogados como trabajo esencial presencial, lo que provocó una avalancha de bajas increíble. De 57 personas, quedamos 21 trabajando, las bajas se cubrieron en 24 horas contratando a más de 30 personas de todas las categorías.
Para finalizar voy a hablar de mis menores. Entre los chicos y chicas que tenemos hay mucho machismo. No puedo saber si es por su educación disruptiva recibida, porque es lo que aprecian en la calle, por el odio o discriminación que todavía se aprecian en los medios de comunicación e internet, e incluso en la música que escucha la juventud, con letras muy machistas, o por el motivo que sea. Muchos y muchas son muy violentos/as, y tienen cierta predisposición a atacar a sus madres, porque la mayoría de las veces son ellas las que entregan la tutela a la Junta porque llegan a un punto que no pueden controlar a sus hijos o hijas.
Por eso me ratifico en que la Ley es divina, pero la realidad no sigue tan de cerca a la Ley. El camino es largo. Yo, personalmente, me he puesto las gafas violetas, no sabía que existía ese concepto hasta que empecé a hacer este curso y ahora miro mi alrededor de otra manera.


Y para finalizar como me gusta la música una canción de Alaska y Dinarama:




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